¿Sabías que los bastones o muletas llevan utilizándose durante siglos por la personas con problemas de movilidad?
Ya en la corte de Luis V se utilizaban bastones con brocados cuidados y con detalles exquisitos de pan de oro o de alguna gema. Hoy en día hay una gran variedad que ofrece productos para todas las necesidades. Sin embargo, no sólo tenemos que mirar el estilo de la muletas. Para que nos pueda ayudar a mejorar nuestra movilidad necesitamos sentirnos cómodos. Los diseños funcionales y basados en nuestras características de movimiento, de capacidades y de usos son los que más nos ayudarán.
El objetivo de las muletas es que el cuerpo cargue su peso en esta herramienta y así conseguir una mejor movilidad. Esto elimina el peso que soportan las piernas y mejora el equilibrio. Las muletas que estén demasiado altas o demasiado bajas pueden causar problemas en la espalda. La famosa parálisis de la muleta puede provocar daños en los nervios de la axilas, debilitando los músculos y las articulaciones de manos, muñecas y antebrazos.
Materiales de las muletas
Las muletas en origen se han construido a partir de maderas flexibles. Este tipo de maderas, como las de fresno o haya permitían crear diferentes formas en el antebrazo. Por otra parte, no perjudicaban a la estabilidad de la persona que las utilizaba, ya que se mantenían resistentes . Hoy en día, los materiales más utilizados para las muletas son los metales. Entre ellos, el favorito por su ligereza y robustez es el aluminio.
Cómo tomar medidas para la parte axilar de la muleta
Aunque parezca obvio, es importante medir a la persona que va a alquilar la muleta con los zapatos que utiliza habitualmente. Si habitualmente esa persona utiliza deportivas, no debemos medir su antebrazo con zapato de tacón o pantufla. En caso de que no pueda mantenerse en pie con facilidad, podemos hacer la medición tumbando a esta persona con la espalda recostada.
Midiendo desde el suelo, debería medirse el pliegue de debajo del brazo hasta el suelo. 5 cm por delante y 15 cm al lado del pie, si la persona está levantada. Si está acostada, se podría medir desde la parte frontal del pliegue axilar hasta el talón menos 5 cm. Hay que tener en cuenta que los reposabrazos deben ser ajustables. De esta forma, evitamos cargar de una forma excesiva la espalda y los omóplatos. La persona que lleva la muleta debe ser capaz de doblar el codo de 15 a 30 grados. Las muñecas no deben estar sujetando todo el peso, con lo que es recomendable que se observe que no están siendo forzadas.
Cómo medir el antebrazo
Para medir el antebrazo necesitamos las mismas condiciones que en la parte axilar. La persona que va a utilizar la muleta debe estar descalza o con los zapatos que utilice a menudo. El antebrazo se debe medir desde 7,6 cm por debajo del codo y se suma de la distancia entre la muñeca y el suelo.
Cómo caminar bien con la muleta
Uno de los errores más comunes a la hora de caminar con muletas es que se utilizan los dos brazos indistintamente. Las personas que tienen heridas que duelen al pisar se dan cuenta al momento, pero las que no tienen dolencias perceptibles suelen utilizar los dos lados indistintamente. Esto es un error ya que se apoya en exceso el lado que hay que curar. Por lo tanto, lo recomendable es utilizar el lado que mejor está para la muleta. El pie que no tiene herida debe estar detrás del cuerpo y el débil por delante. De esta forma se crean tres puntos de apoyo para controlar todo el peso del cuerpo. Hay que observar que los dedos del pie más debilitado estén alineados con el bastón.
A la hora de caminar, lo más correcto sería mover el pie bueno primero, la muleta después, y por último el pie débil. Lo ideal sería que, mediante la práctica pueda conseguir mover las muletas junto con el pie malo. Los pasos cortos e ir sin prisas siempre ayudarán a mejorar esta técnica.