A pesar de no ser una persona con discapacidad física, vivo a diario el problema de las barreras arquitectónicas. En mi trabajo, en el servicio de ambulancias de traslado no urgente, en el que trasladamos personas jóvenes y mayores, con discapacidad, accidentadas y enfermas a sus diferentes terapias y consultas médicas, tenemos muchos problemas para poder acceder a las viviendas de los y las pacientes, por falta de ascensor, ascensor pequeño para silla de ruedas, ascensor entre plantas, ascensor con escaleras hasta el portal, rampas con demasiada pendiente, pasos de escalera estrechos, etc.
En el diseño del Código Técnico de Edificación no se si intervienen o han intervenido arquitectos con conocimiento y experiencia en la realidad diaria de estas personas.
En las construcciones antiguas es una odisea sacar de su domicilio a las personas con movilidad reducida, por suerte la tecnología nos ha ido dotando de herramientas que nos ayudan en nuestro trabajo diario a salvar estas barreras, el problema es que este colectivo queda a expensas de esas herramientas y de alguien que les ayude.
Para una persona en silla de ruedas no es una solución poner un ascensor ,que por el diseño del edificio, es imposible ponerlo a pie de planta y queda entre plantas, aunque si lo es para quien anda con dificultad, por eso las estadísticas de edificios con ascensor no son del todo reales, porque no reflejan la realidad.
Con las rampas pasa un poco lo mismo. A los arquitectos o técnicos que diseñan las rampas en los portales y dicen que están bien porque cumplen la normativa, les invito a que se sienten en una silla de ruedas y traten de subir su rampa, a ver si son capaces de hacerlo sin ayuda.
Y a esto hay que añadir la apertura de las puertas del portal, si se abren hacia adentro del portal, para una persona en silla de ruedas, es prácticamente imposible abrirla. Las puertas correderas son la mejor solución tanto para entrar como para salir, siempre y cuando el diseño del edificio lo permita.
Mas detalles, como por ejemplo la altura de la botonera de los porteros automáticos y de los ascensores suelen tener una altura a la que una persona en silla de ruedas no suele llegar o lo hace con mucha dificultad.
Elementos de emergencia como los extintores, están a una altura excesiva para una persona en silla de ruedas, aunque ahora ya, desde no hace mucho tiempo, se están empezando a colocar una altura accesible para estas personas.
Y esto solo en cuanto a edificios de viviendas, porque aunque hay que reconocer todas las mejoras en la vía pública, aún quedan muchas cosas que mejorar, porque según vamos saliendo a la periferia de las ciudades se van viendo mas deficiencias.
No tengo conocimiento de si en algún lugar se ha hecho, pero está claro que no es algo que se haga habitualmente, algo tan sencillo como preguntar a las personas con movilidad reducida qué cosas echan de menos para sentirse seguras por la calle y con libertad para acceder a cualquier espacio.
Desde Movinte, conscientes y sensibles a todas estas situaciones, ofrecemos soluciones que mejoran la calidad de vida de las personas con movilidad reducida. Si quieres saber cuales son, visita nuestra web www.movinte.com
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